El Gobierno mexicano convertirá la colonia penal de la Islas Marías, en el océano Pacífico, en un centro ambiental y cultural para niños...
El Gobierno mexicano convertirá la colonia penal de la Islas Marías, en el océano Pacífico, en un centro ambiental y cultural para niños y jóvenes para poner así fin a una historia “infame”, apuntó este lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el Palacio Nacional, López Obrador firmó este lunes el decreto que establece el fin de la cárcel y el desarrollo de este nuevo proyecto, que consideró “lleno de simbolismo”.
Creada en 1905, recordó que esta cárcel data de la época del dictador Porfirio Díaz (1877-1911), y refleja una historia de “castigos, tortura y represión a lo largo de más de un siglo”.
Explicó que en este “penal infame” estuvo preso durante años el escritor y activista José Revueltas.
Actualmente alberga 600 presos de baja peligrosidad. De estos, se liberarán a más de 200 y el resto serán reubicados cerca de sus domicilios.
En tanto, los trabajadores de la isla serán también recolocados en otros penales.
De esta manera, la isla, un área natural protegida desde 2000, se va a convertir en un centro para “las artes, la cultura y el conocimiento sobre el medioambiente y la naturaleza”.
En su turno de palabra, la titular de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Josefa González, anunció que el centro se llamará “Muros de Agua José Revueltas”.
Entre otras actividades, se realizarán campamentos para jóvenes y niños con un programa ambiental, cultural y actividades al aire libre.
A su vez, el responsable de Sistemas Penitenciarios, Francisco Garduño, explicó que los penales federales tienen plaza para 41.000 reos y solo 19.000 espacios ocupados.
Por el contrario, hay penales estatales con sobreocupación. Se tienen 200.000 plazas y hay alrededor de 211.000 internos.
Localizadas a unos 120 kilómetros de la costa del noroccidental estado de Nayarit, las tres Islas Marías fueron convertidas en un centro penitenciario en 1905 durante el Gobierno de Porfirio Díaz para recluir a los peores criminales de la época.
A lo largo de los años se convirtió en una cárcel para presos de baja peligrosidad.
A partir de 2009, el Gobierno mexicano impulsó un sistema de prisión abierta para criminales con un mismo perfil clínico para que pudieran vivir allí con sus propias familias.
La meta del Gobierno federal entonces era tener en el centro penal de Islas Marías un total de 5.000 internos, que junto a sus familias sumarían un total de 10.000 personas.
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