156 mil muertos. Y la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador sigue subiendo igual, así como los homicidios, también igual. L...
156 mil muertos. Y la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador sigue subiendo igual, así como los homicidios, también igual. La popularidad del presidente se está reafirmando ¿que nos pasa como mexicanos? ¿que tenemos aquí en la cabeza como para estar pensando que todavía es un buen presidente, por lo menos en materia de seguridad?, imposible de entender. Lo cierto es que queda para la historia que este es el peor sexenio en materia de homicidios.
156 mil homicidios. Esto sobrepasa en poquito más de 100 las cifras que nos entregó Enrique Peña Nieto en todo sus sexenio. Esto sobrepasa en 35 mil muertos las cifras que nos entregó Felipe Calderón. Esto sobrepasa en 95 mil homicidios las cifras que nos entregó Vicente Fox Quesada. Todos impresentables. Pero este presidente actual definitivamente, ah bárbaro. Bate récords. Qué barbaridad! Entender o tratar de entender por qué los mexicanos o la mayoría de los mexicanos siguen pensando que este presidente es mucho mejor que los anteriores en materia de seguridad pública.
Es algo imposible de entender, a menos que de plano, efectivamente, la prueba PISA tenga razón en decir cuando dice que los mexicanos somos un fiasco en matemáticas, porque digo yo sé que no tiene nada que ver, pero probablemente sí tenga mucho que ver, sobre todo por el tema del nivel socioeconómico y educativo. Pero más allá de que me estoy tratando de meter en las patas de los caballos, sí le puedo decir a usted que sí.
Por lo menos ya en materia de homicidios, el sexenio de López Obrador pasó a la historia. Ahora se entregó una cifra que no había entregado ni uno de sus antecesores. Ahora sí, rompió todos los récords. Ahora sí sorprendió. Incluso hasta los más incrédulos: nunca nos hubiéramos imaginado que con López Obrador se iba a disparar de una manera tan descomunal la cifra de homicidios, sobre todo teniendo en cuenta que él ofreció cuando era ya presidente electo, que iba a bajar por lo menos por lo menos a la mitad esa cifra. Bueno, ya vimos que no pasó eso por un lado, y por otro lado, por supuesto. Son cifras que tienen el enorme riesgo de que en el siguiente sexenio, si se vuelve a repetir el fiasco de los “abrazos y no balazos”, pues entonces pueden todavía empeorarse los datos.
Los números puros y duros demuestran que la estrategia de “abrazos y no balazos” es un fiasco. No sirve para nada y debe de ser cambiada. Más allá de que definitivamente como van las cosas, va a ser Morena el que gane las siguientes elecciones, lo cual realmente lamento mucho, habrá que ver entonces si es ella o si es él quienes ofrezcan una estrategia que de verdad sea de a de veras, una auténtica estrategia que no sea una reverenda burrada como la que nos entregó el Presidente y que obviamente tiene sus consecuencias.
Nada más en Homicidios. Hay otras cifras que también están de verdad de auténtico susto. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho, y las corcholatas en la búsqueda de obtener la nominación van a seguir insistiendo también en jugarle el dedo en la boca al presidente, porque al final del día es lo que están haciendo: decir qué van a hacer, cuando en realidad no sabemos qué es lo que van a hacer, y eso no está nada chido, eh?
Porque evidentemente en la medida de que las corcholatas sigan haciendo y diciendo o comportándose de acuerdo a como lo pide el gran elector, entonces los mexicanos no conoceremos estrategia de seguridad hasta que ya de plano ganen la elección. Hasta entonces lo conoceremos, y entonces no sabremos si nos estamos metiendo todavía en la boca del lobo o si siquiera por ahí hay un ligero atisbo de que la cosa, mire, ya no que mejore, ya por lo menos que quede tablas.
Imagínense, nada más. Ahora pedimos que dar tablas en materia de homicidios. Qué triste panorama para México...