El presidente del Partido Acción Nacional haciendo el trabajo iniciado por el presidente López Obrador: hundir más al PAN. Qué ironía. En...
El presidente del Partido Acción Nacional haciendo el trabajo iniciado por el presidente López Obrador: hundir más al PAN. Qué ironía.
En el recuento de los daños que dejó la elección reciente pasada a la Presidencia de la República, el reparto de culpas está al por mayor. Las derrotas siempre son huérfanas, nunca nadie quiere aceptar su responsabilidad.
El colmo llegó recientemente en el encontronazo entre Javier Lozano y Marko Cortés, el presidente del PAN, en donde Cortés prácticamente eludió su responsabilidad en la derrota del PAN y llegó al extremo de echarle la culpa de la derrota a Felipe Calderón.
Justo lo que hace casi diario Andrés Manuel López Obrador.
El reclamo específico de Cortés a Calderón fue el no haber apoyado a Josefina Vázquez Mota.
Marco Cortés le tira cajeta a Felipe Calderón por no haber apoyado en el 2012 a Josefina Vázquez Mota.
O sea, absolutamente nada que ver.
Pero en el intento de zafarse de las responsabilidades, Marko Cortés está llegando a estos extremos y se olvida que él fue el principal arquitecto de la derrota del 2024.
Él igual se va al Senado a costa de mucha gente que fue leal al Partido Acción Nacional que no pudo repetir en esta ocasión ni alcanzar curul. El club de los moches tiene una mano muy amplia para esta legislatura, y que ha sido capaz no sólo de medrar en la política mexicana, sino hasta incluso colar gobernadores y gobernadoras para ampliar la administración de la debacle.
Eso sí, ya nadie sacó a colación recientemente uno de los más bochornosos sucesos que fue protagonizado precisamente por Marko Cortés, el de la brutal balconeada que se aplicó a sí mismo al publicar los acuerdos ocultos con el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, en donde se repartían ya no solamente diputaciones y cargos en el en el gabinete estatal, sino hasta incluso espacios en entre jueces y notarios.
Ese monumental gazapo le dio todavía más vuelo a la narrativa del presidente López Obrador de que el partido Acción Nacional es un partido corrupto, y eso dañó brutalmente al PAN, al grado de que incluso Xóchitl Gálvez dijo no estar de acuerdo con esas cochinadas.
Aún así, el club de los moches es el ganador.
Por lo pronto, Marko Cortés se está convirtiendo en un acólito de el presidente López Obrador y le da fuerza a precisamente a esa historia negra y sucia que se ha inventado López Obrador, con mucha razón, de que el Partido Acción Nacional es un auténtico nido de ladrones.
Al igual que el PRI, el PAN también debe desaparecer lo más pronto posible del terreno político en México.