Y que carajos hace la SRE…? Mientras los detenidos convierten un búnker federal en Los Ángeles en una percusión de protesta golpeando ba...
Y que carajos hace la SRE…?
Mientras los detenidos convierten un búnker federal en Los Ángeles en una percusión de protesta golpeando barrotes como si fuera el ritmo de una cumbia de resistencia, Donald Trump decidió que California necesitaba 2.000 soldados de la Guardia Nacional que nadie pidió. Porque nada dice "democracia" como militarizar una ciudad sin consultarle al gobernador, quien tuvo que pedirle por favor al Pentágono que recogiera sus juguetes bélicos.
Los manifestantes, armados con pancartas que proclaman "Si vienen a por uno, vendrán a por todos" —mensaje que aparentemente el Departamento de Seguridad Interior no logra descifrar—, se enfrentaron a una respuesta policial que incluyó balas de goma y gas pimienta. Porque si algo caracteriza al sueño americano es rociar condimentos oculares a quienes protestan pacíficamente.
La ironía alcanzó su clímax cuando los manifestantes vandalizaron robotaxis de Waymo, vehículos sin conductor que, curiosamente, representan el futuro automatizado que tampoco necesitará inmigrantes. Una joven con camiseta del Tri embistió en motocicleta contra los agentes, demostrando que el fútbol mexicano no solo inspira en las canchas, sino también en las barricadas urbanas de la resistencia angelina.
Y que hace la Secretaría de Relaciones Exteriores? Simple: se limita a mandar boletines y a tirarse a la hamaca, mientras se escuda en las suaves críticas de Claudia Sheinbaum.
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Mientras tanto, el ridículo morenista
En un arrebato de solidaridad internacional que habría enorgullecido al psicópata Che Guevara, los legisladores morenistas Alfonso Ramírez Cuéllar y Guadalupe Chavira decidieron desentrañar sus camisetas de activistas del fondo del armario para organizar una "protesta pacífica" frente a la embajada estadounidense. Porque nada dice "congruencia política" como indignarse por la represión migratoria en Los Ángeles mientras ignoras olímpicamente las masacres cotidianas en Culiacán.
Los tuiteros, con esa crueldad matemática que caracteriza a las redes sociales, no tardaron en recordarles a estos paladines de la justicia selectiva que su radar de derechos humanos parece tener un GPS defectuoso: funciona perfectamente para detectar abusos a 3,000 kilómetros de distancia, pero sufre interferencias misteriosas cuando se trata de feminicidios en Edomex o desapariciones forzadas en sus propios distritos.
La bancada guinda demostró que su brújula moral apunta siempre hacia donde sopla el viento mediático más conveniente, convirtiendo el Paseo de la Reforma en su particular teatro de operaciones para el activismo de boutique.
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El valiente ‘borra, borra’ de Noroña
Gerardo Fernández Noroña, el Robespierre tropical de la Cuarta Transformación, decidió recibir el 2025 en Nueva Orleans porque nada grita "muerte al imperialismo" como celebrar el Año Nuevo en el corazón del consumismo yanqui. El paladín del socialismo mexicano brindó con bourbon gringo mientras enviaba felicitaciones revolucionarias desde la cuna del jazz capitalista, demostrando que su antiimperialismo tiene cláusulas de excepción para turismo de lujo.
El vicepresidente del Senado, que en junio se ufanó de una reunión con el embajador Ronald Johnson que jamás ocurrió —fenómeno diplomático conocido como "reunión cuántica"—, ahora practica el delete masivo de sus tuits anti-Trump con la destreza de un cirujano digital. Su estrategia de reescribir la historia a golpe de tecla DELETE sugiere que aspira a la diplomacia, pero su coherencia ideológica no compró boleto para el viaje al Misisipi.
Noroña ha perfeccionado el arte de la hipocresía selectiva: odiar a Estados Unidos con el corazón, pero amarlos con la tarjeta de crédito. Su revolución socialista incluye excepciones para vacaciones burguesas en territorio enemigo.
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Las enseñanzas de la CNTE
La República Mexicana está experimentando un fenómeno inédito: las batas blancas se suman a la protesta nacional. Los trabajadores de la salud, hartos de operar sin material, curar sin medicamentos y trabajar sin prestaciones, decidieron que sus diplomas universitarios también sirven para hacer pancartas de inconformidad.
El fin de semana, la presidenta Sheinbaum descubrió que inaugurar hospitales se ha convertido en un deporte de riesgo cuando los propios médicos la recibieron con protestas en Cholula, repitiendo la escena del viernes en Ixtapaluca. Porque nada dice "sistema de salud funcional" como ser abucheada por quienes se supone deberían estar celebrando las nuevas instalaciones.
La administración sheinbaumista parece haber olvidado contratar operadores políticos con experiencia en contención de crisis, dejando que cada inauguración gubernamental se convierta en una sesión de terapia grupal donde los trabajadores de la salud expresan sus traumas laborales frente a las cámaras. La estrategia de comunicación presidencial ahora incluye esquivar estetoscopios voladores y recetas médicas convertidas en proyectiles de protesta.
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Y la CNTE se autosabotea así…
La presidenta Sheinbaum presume ser un "gobierno de diálogo y libertades" mientras la CNTE demuestra tener el instinto político de un escorpión: traicionar por programación genética. La Coordinadora, que huele el miedo gubernamental como los perros detectan las salchichas, se replegó amenazando con regresar "con más fuerza y más violencia", porque aparentemente su manual de negociación se escribió en los baños de Tlatelolco.
Con presencia principalmente en Oaxaca, Chiapas y Guerrero —curiosamente los estados con peores indicadores educativos—, la CNTE ha perfeccionado la ecuación perversa: a mayor presencia sindical, peor educación. Sus dirigentes, como Félix Salgado Macedonio financiando autobuses para protestar en la capital, convierten la pedagogía en performance de berrinche colectivo.
La tragedia de la CNTE es que desperdició el sexenio dorado de López Obrador: tenían 40 diputados, promesas cumplidas y diez audiencias presidenciales, pero su ADN antisistema los condenó a morder la mano que los alimentaba. Ahora pelean contra la reforma educativa de su propio padrino político, demostrando que su capacidad de autosabotaje supera incluso a la del PRI priista.
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¿Por qué Claudia no tiene operadores?
Claudia Sheinbaum descubrió que ser Presidenta sin operadores políticos es como intentar tocar el piano con guantes de boxeo: técnicamente posible, pero cómicamente ineficiente. La mandataria, acostumbrada a que López Obrador le resolviera desde el colapso de la Línea 12 hasta su destape presidencial, ahora enfrenta la cruel realidad de gobernar sin padrino político, sin rumbo, sin brújula y sin operadores políticos.
Mientras Carlos Salinas tenía a José Córdoba administrando garrotes y zanahorias, y hasta el tecnócrata Zedillo delegaba los sótanos del poder en Liébano Sáenz, Sheinbaum navega en soledad operativa. Omar García Harfuch está ocupado cazando delincuentes, Rosa Icela Rodríguez permanece en su papel decorativo, y Mario Delgado ni siquiera puede resolver el conflicto con los maestros aliados.
La Presidenta, como tecnócrata que detesta la política, necesita urgentemente encontrar a alguien que le administre las obscenidades del poder. Porque gobernar México sin operadores políticos es como intentar dirigir una orquesta sinfónica con señas de humo: espectacular para el público, pero completamente inútil para los músicos.
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El ‘voto’ del narco funcionó
Veracruz acaba de ofrecer una masterclass en terrorismo electoral que habría impresionado al mismísimo Maquiavelo. Los datos son brutalmente elocuentes: donde asesinaron candidatos, sus partidos perdieron las elecciones. Porque resulta que matar aspirantes políticos no solo elimina personas, sino que también volatiliza preferencias electorales con la eficiencia de un algoritmo siniestro.
Germán Anuar Valencia y Yesenia Lara, ambos de Morena, fueron convertidos en estadísticas de la violencia política, y sus sustitutos heredaron no solo las candidaturas, sino también la maldición del plomo. En Coxquihui, Texistepec, Juan Rodríguez Clara y otros municipios, los criminales demostraron que poseen una comprensión perversa pero efectiva de la psicología electoral: el miedo es más persuasivo que cualquier promesa de campaña.
Los violentos han perfeccionado una fórmula matemática escalofriante: un candidato muerto equivale a una elección ganada. Mientras las autoridades siguen hablando de "fortalecer la democracia", los sicarios ya escribieron el nuevo manual de marketing político con balas en lugar de publicidad. En Veracruz, la urna más efectiva sigue siendo el ataúd.
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