(Reuters) - El presidente del Gobierno español en funciones se embarcó el martes en una rápida ronda de llamadas telefónicas con los líderes...
(Reuters) - El presidente del Gobierno español en funciones se embarcó el martes en una rápida ronda de llamadas telefónicas con los líderes del resto de partidos para tratar de salir del estancamiento político que vive el país, que de no haber pactos in extremis se dirige a las cuartas elecciones generales en la misma cantidad de años.
Sin embargo, políticos y fuentes ponen en duda la posibilidad de que Pedro Sánchez, jefe del Ejecutivo interino y líder del socialista PSOE, logre avances de última hora antes del próximo lunes.
La cuarta economía de la zona euro se encuentra en un limbo político desde las elecciones no concluyentes del pasado abril, que los socialistas de Sánchez ganaron pero sin los escaños suficientes para gobernar en solitario, postergando por ello las reformas que piden algunos agentes económicos.
Pero ante la inminencia del plazo para fijar una eventual elección las maniobras políticas se han acelerado, ya que si el Congreso de los Diputados no inviste a Sánchez como presidente del Gobierno el próximo lunes, los españoles tendrán que volver a las urnas el 10 de noviembre.
No obstante, algunos analistas y medios de comunicación interpretan los últimos acontecimientos como gestos de cara al inicio de la eventual campaña electoral.
En los últimos meses los distintos líderes han dedicado más tiempo a culparse públicamente unos a otros del estancamiento político que a una negociación real para sacar al país del punto muerto político, a pesar de los aparentes esfuerzos de última hora.
"Quieren demostrar que lo intentaron hasta el final", dijo una fuente próxima a las conversaciones.
Sánchez habló por teléfono la mañana del martes con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera; con el de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y con Pablo Casado, líder del Partido Popular (PP), para saber si estos respaldarían su candidatura para seguir en la presidencia del Gobierno, dijo una fuente socialista.
Rivera, que en la víspera había lanzado una propuesta de última hora al PP para que ambos permitieran gobernar al PSOE mediante su abstención si el Gobierno socialista aceptaba una serie de condiciones, dijo que la respuesta de Sánchez a la oferta era una "tomadura de pelo" y le volvió a acusar de mentiroso.
Por su parte, el líder socialista ya había indicado que el Gobierno ya cumplía las condiciones y por lo tanto no había motivos para bloquear la investidura.
Rivera, que ha estado ausente del debate político durante meses y se negó a reunirse con Sánchez en julio, estableció el lunes tres condiciones para abandonar la oposición a un Gobierno de Sánchez: que el Gobierno se comprometa a no subir los impuestos, que vuelva a aplicar de nuevo el artículo 155 de la Constitución en Cataluña si el Gobierno regional rechaza la sentencia del juicio a los líderes del procés y que rompa el pacto con la izquierda nacionalista vasca en Navarra.
Por su parte, Iglesias le dijo a Sánchez en la llamada del martes que no había cambiado de postura y que si no está de acuerdo con una coalición, no apoyaría al socialista en una investidura, dijeron fuentes del PSOE y de Podemos.
Sánchez lleva meses diciendo que Podemos es su socio preferido, pero ha rechazado la idea de tal coalición.
Entretanto, Casado reiteró su negativa a apoyar una investidura de Sánchez, dijo una fuente socialista.