Todos cometemos errores, incluso la Secretaría de Hacienda, para evitar que los acólitos de la 4T inicien sus advertencias. En relación a la...
Todos cometemos errores, incluso la Secretaría de Hacienda, para evitar que los acólitos de la 4T inicien sus advertencias. En relación a las proyecciones económicas para el año 2024, nadie logró prever con precisión en cuanto al crecimiento económico, pues las estimaciones más optimistas, provenientes de casas e instituciones especializadas, apenas alcanzaban el 1.8%. Se pronosticaba que el crecimiento no superaría el 0.5%, mientras que la Secretaría de Hacienda anticipaba un crecimiento del 3%, una cifra que también resultó inexacta. Según los datos actuales, el crecimiento económico al inicio del año es del 3.5%. La vida nos reserva sorpresas.
Las imprecisiones no se limitaron al crecimiento económico; el tipo de cambio también experimentó fluctuaciones notables. La debilidad del dólar, inédita, resultó ser un efecto de los esfuerzos por contener la inflación que descarriló los pronósticos de los apodados "agoreros del desastre" por los seguidores de la 4T, pues preveían un dólar en torno a los 20.50, mientras que la Secretaría de Hacienda proyectaba hasta 20.60. No obstante, nos encontramos hoy con un dólar a 16.91, atribuible única y exclusivamente a la intervención de la FED para contrarrestar la inflación.
En cuanto a la inflación, las predicciones se aproximaron ligeramente. Mientras se esperaba un 4.5%, las estimaciones actuales sugieren un 5.3%. Las imprecisiones no solo afectaron a México, sino también a nivel global. Las expectativas de una fuerte recesión en Estados Unidos resultaron equivocadas, lo que demuestra que tanto nosotros como los expertos nos equivocamos de manera apabullante en nuestras previsiones.
Pero no es reconfortante que los pronósticos se equivoquen, especialmente ante elecciones cruciales en Estados Unidos, que influirán significativamente en la economía mundial y, por ende, en la mexicana. La incertidumbre electoral en México añade complejidad a la situación, ya que los modelos de predicción económica no solo fallaron, sino que también carecen de certezas.
En el ámbito financiero, la ausencia de certezas genera nerviosismo en los mercados, particularmente en los inversionistas internacionales, quienes ejercen una fuerte influencia en la economía local. Si los expertos económicos fallaron en sus predicciones, podría indicar otro año de incertidumbre, exacerbando el problema inflacionario, lo cual afecta negativamente a países en desarrollo como México.
En resumen, la situación no es favorable. Celebrar que el dólar no alcanzó las predicciones pesimistas de los críticos de la 4T no es motivo de alegría ni optimismo. Es signo de que las cosas no mejorarán en 2024.
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