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Hace aproximadamente 13 años, los trabajadores afectados por la bancarrota de Mexicana de Aviación comenzaron a recibir las compensaciones que tanto ansiaban. Un hito esperado durante mucho tiempo, pero que, para muchos, representa solo una parte de lo que legalmente les correspondía tras la caída de la aerolínea.
En los primeros años de la administración de AMLO, la promesa de resolver este conflicto parecía desvanecerse en el horizonte. Sin embargo, la creación de una aerolínea militar y una inversión de 816 millones de pesos inyectaron una nueva esperanza en el proceso.
Finalmente, los recursos han comenzado a distribuirse entre los afectados por la quiebra causada por Gastón Azcárraga. Pero la espera ha sido larga y agónica para los trabajadores. Para algunos, la justicia llega a cuentagotas después de más de una década de lucha. Otros, trágicamente, no vivieron lo suficiente para ver este día, como Jorge Arturo Calderón Gil. A pesar de esperar en la fila para recibir su cheque el 15 de agosto, su salud lo traicionó, y murió antes de poder obtener su parte.
Calderón Gil, quien se unió a Mexicana en 1976 y trabajó durante 28 años como tripulante, se jubiló en 2004. Sin embargo, su pensión se detuvo cuando la aerolínea suspendió sus operaciones en agosto de 2010.
Este 15 de agosto, cuando comenzó la distribución de recursos por la compra-venta de las marcas de la aerolínea, Calderón Gil se presentó en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA). Trágicamente, nunca pudo recibir su parte debido a su fallecimiento.
Su historia se repite tristemente con varios cientos de trabajadores de Mexicana de Aviación que también perdieron la vida en este prolongado proceso. Mientras tanto, otros empleados tienen opiniones divididas sobre la compra-venta de la marca y los activos de la aerolínea, albergando dudas sobre la viabilidad de la nueva Mexicana.
Sin embargo, entre los trabajadores consultados, hay un punto de acuerdo importante: aunque estuvieron de acuerdo con la venta, consideran que la compensación es insuficiente. Argumentan que la adquisición no debe exonerar las acciones legales contra Gastón Azcárraga, el último director de la aerolínea acusado de mala gestión y que aún se encuentra en Estados Unidos.
"Las denuncias continúan; esta venta no borra el daño causado a los trabajadores, y tenemos esperanza de que algún día se haga justicia", afirma José Alonso, vocero de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA).
Para Francisco Tenorio, sobrecargo por 28 años de Mexicana y jubilado desde mayo de 2009, la compra-venta es un paso positivo, aunque representa solo una "mínima" parte de lo que legalmente les corresponde. Con la distribución de recursos, aproximadamente el 8 por ciento del laudo a favor de los trabajadores se cubriría.
"Lo siguiente es continuar la batalla legal para definir el destino del MRO (el centro de mantenimiento de aeronaves mexicanas) y algunos otros activos, pero, sobre todo, luchar legalmente para que se castigue con todo el peso de las leyes al generador de esta desgracia laboral: me refiero a Gastón Azcárraga, él debe pagar", agrega Tenorio.
Para una sobrecargo supervisora que pasó 23 años en Mexicana y se jubiló, la justicia no llegó con la venta de Mexicana. Según ella, el proceso de cobro se vio sobrepasado por la cantidad de trabajadores, y recibió un 30 por ciento menos de lo que le correspondía debido a su protesta durante el proceso de quiebra.
Ella también cuestiona la viabilidad de la nueva Mexicana, considerándola una competencia desleal para otras aerolíneas que cumplen con sus obligaciones fiscales y laborales.
Guilebaldo Alpide, quien trabajó durante 25 años en Mexicana antes de su cierre, aún no ha podido cambiar su billete debido a la distancia entre el lugar de cobro y el de entrega de los cheques. La mayoría de los trabajadores consultados por este diario comparten su descontento por este proceso.
A pesar de las dificultades y las opiniones divergentes, esta primera etapa de compensación marca un hito en la larga lucha de los trabajadores de Mexicana de Aviación por justicia y compensación por años de servicio. Sin embargo, la búsqueda de una resolución completa y equitativa continúa.