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Noroña, chin&%$ a tu ma&%$
DE NO CREERSE lo que ocurrió ayer en el Senado mexicano, donde presenciamos un espectáculo digno del más grotesco reality show soviético. Un ciudadano fue obligado a disculparse públicamente con el intocable Gerardo Fernández Noroña, en un acto de "desagravio" transmitido por los canales oficiales de la Cámara Alta, como si se tratara de un logro nacional digno de difusión.
RESULTA QUE en septiembre pasado, el abogado Carlos Velázquez de León cometió el imperdonable pecado de increpar a Noroña mientras este disfrutaba de sus privilegios senatoriales en una sala VIP del aeropuerto capitalino.
MUY OFENDIDO, el legislador morenista —cuya carrera política se construyó precisamente sobre el arte de la confrontación y el desacato sistemático a funcionarios— ahora resulta más delicado que porcelana china y ordenó a los abogados del Senado llevar el caso hasta el Ministerio Público. Ayer fuimos testigos del esperpéntico espectáculo donde el senador obligó a que le ofrecieran disculpas públicas, en un acto que hace palidecer a las purgas estalinistas.
NOROÑA y otros políticos que antes se rasgaban las vestiduras como "sufridos opositores" pueden ahora insultar, ridiculizar y denostar a cualquiera que ose cuestionar sus sagrados postulados. Pero ay del ciudadano común que revire: será amenazado con la cárcel y, para evadirla, deberá arrodillarse en público para implorar clemencia, por el imperdonable delito de ejercer su derecho a la crítica.
Con estas exhibiciones de autoritarismo patético, Nicolás Maduro parece un simple aprendiz frente a estos ilustres próceres de la 4T, que han perfeccionado el arte de convertir la hipocresía política en espectáculo nacional. Hemos pasado del autoritarismo disimulado al autoritarismo celebrado como virtud cívica.
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Las llaves, después
Las fotos y video de la presentación de cartas credenciales del embajador estadounidense, Ronald Johnson, ante la presidenta Claudia Sheinbaum, muestran sonrisas diplomáticas y apretones de manos cordiales que ocultan un mensaje político contundente entre bastidores.
Algunos observadores perspicaces señalan detalles reveladores que, traducidos del lenguaje diplomático al vulgar, podrían resumirse como: "Aquí las cosas han cambiado, señor embajador". Nos informan que tanto con Johnson como con los otros cuatro embajadores que ayer presentaron sus cartas credenciales, Sheinbaum dejó meridianamente claro que la única ventanilla disponible para ellos será la de la Cancillería, dirigida por Juan Ramón de la Fuente.
Aunque esto parecería una obviedad protocolar en cualquier país soberano, en el caso específico del representante estadounidense constituye una verdadera revolución diplomática. El anterior embajador Ken Salazar disfrutó durante años de un escandaloso "derecho de picaporte" en Palacio Nacional, paseándose por los pasillos del poder como Pedro por su casa y accediendo a secretarías de Estado como si fueran extensiones de la Embajada americana.
Así, la nueva administración establece desde el principio límites claros: ningún embajador —ni siquiera el del imperio del norte— tendrá acceso directo a la Presidenta o a secretarios del gabinete que no sean el canciller.
Interesante cómo cambian las dinámicas cuando cambia el inquilino de Palacio.
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El extraño retorno de las bardas fantasma
¿Se acuerda de aquellos misteriosos pintores de bardas que a finales de 2023 y durante 2024 inundaron el país con propaganda pro-morenista sin que nadie —curiosamente— supiera quiénes eran o quién financiaba semejante despliegue publicitario?
Pues prepárese para la secuela de esta película de misterio político: "El Regreso de los Pintabardas Fantasma". Como por arte de magia, han comenzado a aparecer bardas y lonas promoviendo la elección judicial, muchas convenientemente decoradas con los colores de Morena, en una coincidencia que haría sonrojar al mismísimo David Copperfield.
Los expertos en fenómenos paranormales del INE nos informan que, hasta el momento, no se han recibido denuncias formales por estas apariciones pictóricas, lo que sugiere que estamos ante un fenómeno sobrenatural o, más probablemente, ante la continuación de un cinismo institucionalizado.
Todo indica que la impunidad se repetirá con la precisión de un reloj suizo, y al igual que lo sucedido durante la campaña presidencial, estos pintores fantasma —que nadie ve, nadie conoce, pero todos financian con sus impuestos— se saldrán nuevamente con la suya.
En México tenemos los únicos fantasmas del mundo que consumen toneladas de pintura y no dejan huella fiscal.
Mientras tanto, el INE sigue buscando culpables con la misma eficacia con que un ciego busca una aguja en un pajar. Continuará esta historia... hasta la próxima elección.
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Tiembla MrBeast…!
¡Qué sorpresa! Según la Secretaría de Cultura federal, el video que filmó el youtuber Mr. Beast en Calakmul y otros sitios arqueológicos mayas SÍ fue motivo de una demanda por violar los términos del permiso para grabar.
El tan temible "procedimiento jurídico administrativo" —que suena casi tan aterrador como un video de tres horas sobre impuestos— se notificó el 14 de mayo a la persona moral Full Circle Media, aseguró la dependencia en un comunicado que seguramente provocó temblores en el imperio digital del influencer.
Y no solo eso, sino que el joven magnate de internet —acusa la secretaría con el asombro de quien descubre que el agua moja— "abusando de la buena voluntad de las instituciones, aprovechó el permiso para hacer otro video de promoción de su chocolate Mr. Beast Feastables y de otras marcas comerciales, como Walmart, 7Eleven", entre otras.
¡Quién lo hubiera imaginado! Un empresario multimillonario aprovechando recursos públicos para fines comerciales en México, ¡algo nunca antes visto en la historia nacional! Parece que ahora ni el respaldo de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores —quien recibió al youtuber como si fuera la reencarnación de Howard Carter— le servirá al influencer.
Las instituciones culturales mexicanas muestran una curiosa valentía: timoratas frente a los poderosos locales, pero leonas cuando el infractor es un extranjero con millones de seguidores. El INAH finalmente descubrió su vocación de guardián cultural... justo después de que las ruinas ya aparecieron en pantallas de medio planeta.
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El costo de las vacaciones de la CNTE
Un aire de familiar desesperación se respira entre los comerciantes del Centro Histórico de la Ciudad de México ante la reaparición de ese fenómeno migratorio estacional que conocemos como "maestros disidentes adheridos a la CNTE".
Vendedores establecidos y ambulantes por igual —unidos por primera vez en la historia en algo que no sea evadir impuestos— acusan que el plantón de los docentes en el Zócalo y calles aledañas espanta a los clientes con la eficacia de una plaga bíblica, provocando que sus ventas hayan caído hasta un 50% en apenas cinco días de protesta.
Con la memoria fresca, estos comerciantes recuerdan la devastación económica que en 2006 causó el plantón "voto por voto" de AMLO, cuando el ahora expresidente descubrió que acampar en Reforma era más efectivo que gobernar la capital. Los afectados, con esa ingenuidad propia de quien aún cree en Santa Claus, les piden a los maestros y autoridades hacer su trabajo: a los primeros regresar a las aulas (esos misteriosos recintos que muchos ya ni reconocen) y a las segundas liberar las vialidades.
En la aritmética de la disidencia magisterial, un día de plantón en el Zócalo equivale a un mes de ausencia en las escuelas rurales de Oaxaca.
¿Será mucho pedir que los docentes enseñen y las autoridades gobiernen? En este país, parece que sí. Mientras tanto, el Zócalo sigue siendo el salón de clases más grande y menos productivo de América Latina.
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Censura panucha
Muchos nos preguntamos qué extraño fenómeno de amnesia selectiva o viaje temporal afectó al diputado local de Morelos, Gerardo Abarca Peña, cuando presentó su brillante iniciativa para crear el delito de "difamación digital".
El legislador del PAN, en un acto de nostalgia jurídica digno de un museo, propuso sancionar con hasta seis años de cárcel —más que algunos robos y lesiones graves— a quien publique contenido "falso" o que "lesione la dignidad y el honor" de una persona en plataformas web.
Urge que alguien le explique al panista —quizás con dibujos o un video de TikTok para facilitar su comprensión— que hace más de 15 años que la difamación salió del Código Penal Federal y de la inmensa mayoría de los códigos estatales, un proceso en el que su partido jugó un papel fundamental, cuando aún recordaba qué significaban las palabras "libertad" y "democracia".
La penalización de los agravios al honor solo generaba abusos, algo que cualquier estudiante de primer semestre de Derecho podría explicarle. La gobernadora Margarita González y el PRI se pronunciaron ayer en contra de lo que los medios locales, en un arranque de originalidad, han calificado como "Ley Censura".
Lo que no se ve en el horizonte es un necesario deslinde de Acción Nacional de esta propuesta que, como señaló el constitucionalista Diego Valadés en su columna de El Universal (17/05/2025), "representa la nostalgia por el autoritarismo judicial que caracterizó a los peores momentos del siglo XX mexicano".
Mientras tanto, el diputado Abarca sigue buscando en su DeLorean el camino de regreso a 1970.
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